En mi aula no usamos la silla de pensar... cuando se obtiene la satisfacción del esfuerzo y el trabajo hecho con ganas y alegría, obtenemos el premio: ¡un fuerte abrazo por cada uno de los compañeros y la maestra!.
A algunos alumnos les ha costado este ejercicio afectivo y han chocado la mano en lugar de abrazar. Otros se han sentado muy emocionados esperando su premio.
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